jueves, 3 de diciembre de 2015

¡YO PUEDO SOLIT@! La importancia de trabajar la autonomía con niñ@s de 0-6 años



Hoy hablaremos de la importancia de trabajar la autonomía desde edades muy tempranas, y es que, aunque no lo creáis, el grado de autonomía de un  niño/a condicionará su futuro desarrollo.

En la escuela es un objetivo que nos viene marcado por currículum:



Pero no sirve de nada todo el esfuerzo de los maestros/as si desde casa no existe un compromiso firme y un esfuerzo personal.

La mayoría de la veces las principales razones que llevan a un padre y a una madre a trabajar poco la autonomía en casa son las siguientes:


  •          La falta de tiempo.
  •          El cansancio después de una larga jornada de trabajo.
  •          El ritmo de vida que nos hace acomodarnos.
  •          El tiempo que pasan con los abuelos/as.
  •          El pensamiento de que es demasiado pronto para todo.
  •          Miedo por si el niño/a deja de quererme.
  •          Pena.
  •          Autocompasión.
  •          Pocas exigencias de madurez.
  •          Sobreprotección.
  •          Desconocimiento de los beneficios que supone dejar que nuestro hijo/a sea autónomo.
  •          No escolarización en el primer ciclo de la EI.


Cuando son pequeños nos resulta muy fácil llevarlo todo, nuestro peso y el suyo, pero con unos pocos años más podemos acabar así:


Y no, no os equivoquéis, dejar que tu hijo/a sea autónomo no pone en peligro el vínculo del apego, del que hablaremos más adelante, sino que lo refuerza mucho más.


Bueno, pues viendo que el principal problema es la desinformación vamos a abordar este tema un poquito más en profundidad. 


En primer lugar vamos a dejar claro el significado real de este concepto:

LA AUTONOMÍA es la condición del individuo que de nadie depende en determinados aspectos.


Como bien dice su definición: " en determinados aspectos", es decir, no significa que vayamos a abandonar a nuestros hijos/as y tengan que arreglárselas ellos solitos/as, no; se trata de dejar que sean un poco más autónomos en aquellos momentos en los que tienen la capacidad suficiente para serlo, y no privarles del placer de conseguir por ellos mismos muchas cosas.

Una de las formas más acertadas para trabajar la autonomía es mediante el establecimiento de una serie de hábitos y rutinas, es decir, actos que los niños/as repiten diariamente, que les dan seguridad y que les permiten ser más autónomos/as. Algunos hábitos les ayudarán a tener más cuidado sobre sí mismos/as y otros permitirán que se relacionen adecuadamente con su grupo de iguales. Ponemos algunos ejemplos como:

 
  • El desayuno, la comida y la cena.
  • La hora de lavarse, de peinarse, de hacer pipí (sobre todo en los más pequeños/as que todavía no controlan esfínteres).
  • La hora de vestirse o desvestirse.
  • La hora de jugar/recoger los juguetes.
  • La hora de dormir.

Bien, pues podemos empezar estableciendo una serie de actividades que pensemos que el niño/a puede hacer solito/a y repitiéndonos a nosotros mismos que vamos a tener la paciencia suficiente para no acabar haciendo nosotros las actividades por él/ella.


Por otra parte, de la misma manera que hemos estructurado el tiempo en rutinas, debemos hacer con el espacio, ya que no es lo mismo lavarse las manos solito/a pero que mamá o papá tengan que levantarnos, a poner una cuña y que puedan hacerlo completamente solos/as. En este sentido podemos tener en cuenta estos consejos:
 
  • En los sitios que queden altos como el lavabo o el WC podemos poner adaptadores, además usar un tipo de jabón que ellos manejen bien y solos/as. 

  • Si queremos que se vistan solitos/as dejarles la ropa en un lugar a su alcance, la cama suele ser alta para los más pequeños/as con lo que podemos elegiremos un sitio para todos los días.
  • Si queremos que coman solos/as será importante que lleguen a la mesa, los más pequeños/as tienen su trona pero a partir de los 3 años será aconsejable o la trona sin bandeja si son bajitos/as o un cojín en la silla. Además, también debemos utilizar cubiertos con los mangos más anchos ya que, sobre todo los/las más peques, no tienen la precisión suficiente para sujetar un tenedor o una cuchara con el mango fino y resbaladizo.

  • Tener un espacio para sus juguetes que esté al alcance de su mano y que además esté bien estructurado, de esta manera facilitaremos que puedan recoger sus juguetes solitos/as y sepan dónde deben meterlos.



  • Proteger todos los lugares peligrosos como pueden ser las esquinas, las escaleras y la cocina y dejar fuera de su alcance materiales o productos peligrosos.

Ahora que hemos visto algunos consejitos para estructurar el espacio y el tiempo, pasamos a ver qué actividades pueden realizar nuestros hijos/as según su desarrollo y la edad que tengan. Hay que tener en cuenta que no todos los niños/as se desarrollan a la misma velocidad, y que con 3 años tu hijo/a puede ser que aprenda a abrocharse el babi y al de tu vecino le cueste todavía, habrá que tener un poco de paciencia. 

Bueno pues allá vamos con algunos ejemplos de actividades por edades:
  • 0-1 año: dejaremos que interactúen con otros niños y con otros adultos, que se muevan libremente (cuando comiencen a gatear y a medio caminar) y que vayan conociendo el espacio, los objetos, etc. También intentaremos que duerman en su cuna y en su propia habitación.
  • 1-2 años: cuando tengan la madurez suficiente quitaremos el pañal (de esto hablaremos en próximas entradas) y dejaremos que vayan aprendiendo a pedir pipí, a sentarse solito/a en el orinal, etc. Además, ya están preparados/as para empezar a comer solitos/as con ayuda de un adulto, teniendo en cuenta que es posible que se manchen mucho con lo que les pondremos un babi para evitar disgustos. También son capaces de entender que deben  recoger los juguetes, aunque aún debemos ayudarle. Podemos cambiarles el biberón por un vasito con una pajita y dejar que se laven las manos y la cara solitos/as en el bidé. 


  • 2-3 años: a esta edad van mejorando mucho el movimiento de la pinza (dedo pulgar con dedo índice) con lo que podemos animarles para que se abrochen los botones del babi y de la chaqueta, siempre teniendo mucha paciencia. Podemos comenzar a dejarles ir al baño solitos/as y que ellos mismos se bajen los pantalones. También son capaces de ponerse y quitarse algunas prendas sencillas como son los pantalones, los calcetines y camisetas con grandes aperturas, y además, ya podemos iniciarles en algunas tareas de la casa como es ayudar a extender la cama, llevar su plato a la cocina, dejar en el cesto la ropa sucia, etc.


  • 3-4 años: insistiremos en las actividades relacionadas con abrochar/desabrochar y poner/quitar  babis y chaquetas. Intentaremos que vayan a todos los sitios andando y que vayan siendo responsables de sus prendas personales como son la chaqueta, los guantes, el gorro, etc.


  • 4-6: durante este tramo habremos de conseguir que nuestros hijos sean completamente autónomos en sus actividades habituales. Trabajaremos mucho la autonomía en actividades de higiene, alimentación y descanso y en el cuidado y orden de sus materiales y los de la clase u otras personas. Reforzaremos mucho las actividades que impliquen ponerse/quitarse/abrocharse/subir cremallera, etc. y dejaremos que se relacionen de forma autónoma con otros adultos y niños de su edad.


Tenemos que ser conscientes de que las cosas no se consiguen del día a la mañana y que muchas actividades necesitarán de nuestra ayuda durante un largo tiempo. Lo principal es que el niño/a lo intente, y aunque no lo consiga hacer solito, le felicitemos por haber dado ese gran paso. La motivación será fundamental.

Antes de finalizar decir que el tiempo, la dedicación y la paciencia que tengáis hoy hará que vuestros hijos/as, el día de mañana, sean personas autónomas, capaces de enfrentarse y resolver diferentes conflictos que se les planteen en la vida, con una alta autoestima, un autoconcepto ajustado a la realidad, una baja tendencia a la frustración y un desarrollo emocional equilibrado.






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